A estas alturas, si llevas un tiempo siguiéndome, ya estarás acostumbrado a mis post sobre innovación. Ya te he hablado sobre carne cultivada, proteínas a base de CO2 y café, leche y huevos que no son lo que parecen. Ahora le toca a las fibras textiles. En concreto algodón cultivado en laboratorio.

La industria agrícola y ganadera destinada a nuestra alimentación se está granjeando (de forma injusta o no) una enorme reputación de insostenible. Sin embargo existe otra industria donde sus condiciones y prácticas tampoco son digamos de lo más amigable para nuestro medio ambiente. Hablo de la industria textil.

Toda la cadena desde la productiva hasta la de suministro, etc. no está exenta de un enorme consumo de recursos incluso cuando el producto final ya está terminado. Sus residuos son extremadamente contaminantes y existen enormes vertederos donde se acumulan toneladas y toneladas de ropa no vendida y deshechos textiles.

El problema no está cerca de encontrar una solución pero van apareciendo alternativas que quizá en algún momento comiencen a mitigar este dilema. Fibras textiles no procedentes de animales, compostables, biodegradables… o algodón cultivado en laboratorio como nos propone la startup Galy.

Esta startup con sede en Brasil y EEUU se dedica al cultivo de células vegetales con el fin de fabricar un tejido textil que bien podríamos denominar «algodón cultivado». A estas alturas creo que no es necesario hablar de biorreactores, nutrientes y medios de cultivo. El resultado es una biomasa formada por hebras de tejido genéticamente idénticas al algodón natural.

Con pocos recursos se logra crear una fibra textil que requiere, de forma natural de tierra, agua y fertilizantes. En concreto un 99% menos de recursos naturales. Y esto gusta a la industria. H&M e Inditex están interesadas en el algodón cultivado de Galy y han decidido entrar en una ronda de financiación de serie B, junto con BEV, el brazo inversor de Bill Gates, hasta llegar a los $65 millones recaudados. Más otros $50 millones adelantados por la japonesa Suzuran Medical para el suministro de algodones y gasas hospitalarias.