El monopolio de las baterías de iones de litio podría llegar a su fin. Una tecnología que lleva con nosotros desde los años 80 y que hasta la fecha ha sido imposible sustituir pese al esfuerzo (e inversiones) para la búsqueda de una alternativa más económica, eficiente y sobre todo… ecológica.
Uno de los retos de la industria ha sido lograr una tecnología de almacenamiento de energía, alternativa a las actuales baterías de iones de litio. Se presentaban como muy prometedoras las baterías orgánicas, aquellas que utilizan elementos químicos orgánicos como el carbono, nitrógeno e incluso el oxígeno. Todas se quedaron por el camino y enumeran a día de hoy otro episodio de fracasos en la industria. Hasta hoy.
La startup norteamericana XL Batteries ha logrado desarrollar una fórmula química para la construcción de una batería de base orgánica más barata, segura y duradera. Su tecnología se basa en las baterías de flujo, una tecnología muy antigua (data de finales del S. XIX) superando las enormes limitaciones de estas y sin utilizar líquidos corrosivos, sólo agua con pH neutro.
La batería de XL Batteries no está pensada para meter en los coches o en los teléfonos móviles, su modelo más pequeño ocupa el tamaño de un contenedor marítimo de 12 metros. Esta nueva tecnología está ideada para la gran industria, especialmente la electrointensiva, así como instalaciones de acumulación de electricidad, como apoyo a la red eléctrica general.

Llega la nueva generación de baterías orgánicas que podrían sustituir a las baterías de ion-litio