En aquellos países que disfrutan de menos horas de sol la temporada de crecimiento de los cultivos se reduce considerablemente, lo que afecta a su producción. El uso de invernaderos permite cultivar frutas y hortalizas protegiéndolos de las inclemencias del clima, especialmente en los países del norte de Europa. Pero, ¿Qué pasa con la luz? menos horas de luz solar, menor productividad. Hasta ahora.
Investigadores de las Universidades de Bath y Cambridge en UK, en colaboración con el proveedor de tecnología agrícola, Lambda Agri han desarrollado un recubrimiento sintético para invernaderos en formato aerosol que permite multiplicar la productividad de estos con menos luz solar.
El producto en forma de aerosol se aplica con una pistola de pintura sobre la superficie de los invernaderos. Se crea una capa similar al barniz capaz de modificar la longitud de onda de la luz que incide sobre dicha superficie. Para que te hagas una idea: la luz solar es una mezcla de todo el espectro de colores, visibles e invisibles. Gran parte de todo el espectro de esta luz que reciben las plantas no se aprovecha. La longitud de onda de luz roja es la más eficiente y la que las plantas más aprovechan para su desarrollo. Pues el nuevo aerosol desarrollado por los británicos convierte una gran parte de la luz solar, en esa luz roja tan necesaria para los cultivos.
Aunque EEUU ha desarrollado algo similar con anterioridad, en el caso de los británicos no utilizan «tierras raras» ni metales pesados para la construcción de su tecnología, todavía pendiente de patente. Este nuevo aerosol permitirá reducir el uso de luz artificial, extender el número de horas de luz natural y por tanto mejorar los rendimientos y aumentar los beneficios de cualquier explotación agrícola que utilice invernaderos.