Otra bodega que se atreve a adentrarse en el mundo de la elaboración de vinos sin alcohol. Y no es una cualquiera, la argentina Catena Zapata. Galardonada en varias ocasiones como la mejor bodega del mundo y con su Malbec como abanderado de los mejores tinto del planeta.
Ahora se atreven con el prometedor mundo del vino sin alcohol. Pero lo hacen de una manera algo diferente.
Tras dos años de investigación y decenas de viajes a Europa para conocer de primera mano todas las tecnologías disponibles para esto del vino «sin». Decidieron apostar por un método innovador. El uso del verjus, algo que ya se usaba en la Edad Media.
Digamos que para la elaboración de un vino sin o con baja graduación alcohólica (existen varios métodos) lo más usual es hacer un vino por el método tradicional y a continuación desalcoholizarlo de alguna manera. La más usada es la técnica de «tortura para vinos» llamada conos rotatorios que hace que por centrifugación y temperatura se separen los diferentes componentes del vino, también el alcohol. Otro es la osmosis inversa con el que se obtiene un concentrado sin alcohol. Sea como sea, el resultado es una bebida que de vino tiene lo que yo de top model. Un brebaje decepcionante. No es esto a lo que se quieren dedicar en Catena Zapata.
Los de Mendoza (Argentina) apuestan por un coupage (mezcla) de botánicos y el mosto semifermentado de uva, llamado verjus y que a día de hoy presenta un enorme potencial para la elaboración de vinos de baja graduación alcohólica o directamente sin alcohol.
Cuatro son los vinos que ya han lanzado al mercado con la etiqueta Domaine Elena de Mendoza. Dos sin alcohol y otros dos con apenas 7º y que Catena Zapata quiere posicionar dentro de la categoría de vinos premium.