Imprimir literalmente alimentos hace tiempo que es posible utilizando una tecnología de impresoras 3D. Sin embargo su alcance es limitado y sus resultados algo decepcionantes. Hasta ahora.
Investigadores de la Universidad de Alberta en Canadá han logrado crear una especie de tintas en gel utilizando agua activada con plasma frío. El resultado es un producto comestible con mejor textura y una mayor estabilidad, además de con un coste más económico que con la actual tecnología.
La investigación en tintas de gel comestibles se encuentra bastante avanzada y aunque permite la impresión de diferentes productos alimenticios con diferentes formas, sabores… su alcance es bastante limitado. La razón es el uso de agua destilada en su composición. Ahora esta investigación canadiense utilizando agua y plasma permite expandir las fronteras de lo conocido en este sector. Texturas más resistentes, compactas y con mayor resistencia a la deformación. También permite el uso de diferentes materias primas como proteína de guisante, algas o incluso almidón, hasta ahora vetados en este tipo de tecnologías.
El proyecto se encuentra todavía en una fase muy incipiente de desarrollo ya que el reto es conocer más sobre como optimizar las mezclas de aire y gas argón y las temperaturas correctas de calentamiento y enfriamiento para la obtención del plasma. Todo con el fin de obtener alimentos más sostenibles, baratos, sabrosos y atractivos para el consumidor final.