Sólo hay que fijarse en la etiqueta de algún envase de suavizante para la ropa o de champú y ver que, en muchos casos, se observa un texto (bien grande y en negrita) que indica: envase biodegradable. Y no mienten, es cierto. Es un envase que se degrada por sí solo al cabo de 80 ó 100 años no sin antes dejar el suelo como si hubiera pasado el caballo de Atila, rey de los Hunos.
El Ministerio de Ciencia e Innovación de España apoyado por diversas Universidades de nuestro país y con Venvirotech, AIMPLAS · Instituto Tecnológico del Plástico y ENPLAST como socios tecnológicos impulsan el proyecto COM4PHA para el desarrollo de nuevos bioplásticos basados en polihidroxialcanoatos (PHA). Estos PHA son poliésteres producidos en la naturaleza por la acción de bacterias y su fermentación mediante azúcares o lípidos y que suponen una alternativa real y viable a los plásticos convencionales.
Actualmente estos PHA ya existen y se comercializan pero su uso es muy limitado ya que sus propiedades no permiten que sean ampliamente adoptados por la industria de, por ejemplo, los envases de un sólo uso. El proyecto COM4PHA busca precisamente superar esto, ampliar a usos más convencionales y domésticos este tipo de nuevos plásticos.
Una de las principales ventajas de este material es su capacidad de degradarse de forma natural y mucho más rápido gracias a los microorganismos presentes en el medio ambiente. Los PHA son susceptibles de ser fabricados con subproductos, como por ejemplo, azúcares procedentes de la industria agrícola.

España a la vanguardia en el desarrollo de plásticos biodegradables