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Francia propone un etiquetado tipo Nutri-Score para el bienestar animal.

Etiqueta limpia, sostenible… y ahora también de bienestar animal. Las cada vez mayores exigencias del consumidor a la hora de adquirir un producto/servicio hacen que ya no sea suficiente con una declaración de intenciones en el etiquetado. El compromiso tiene que ser real y rastreable y esto es lo que ha llevado a la agencia alimentaria francesa ANSES a proponer un sistema tipo Nutri-Score para clasificar los alimentos en función del nivel de bienestar animal.

Los estándares propuestos van desde la A, el más alto al E, el de menor valor en cuanto a bienestar animal se refiere. Aunque la Comunidad Económica Europea ya cuenta con un reglamento en cuanto a bienestar animal sus estándares de calidad son bajos y difícilmente medibles. Te pongo un ejemplo: Gallinas criadas fuera de jaulas pero que tampoco ven la luz del sol; galpones o perchas de gallineros inaccesibles para las gallinas… Sólo dos ejemplos, ¿cumplen con la normativa? SI, ¿contribuyen al bienestar animal? NO. El nuevo sistema de etiquetado francés otorgaría una E a aquellas empresas que simplemente siguen el reglamento europeo.

En Europa las normas de etiquetado en cuanto al asunto se refiere son laxas o inexistentes y se deja a libre interpretación de un departamento de marketing. Leche de pastoreo (término apropiado por una multinacional láctea), origen certificado (sin certificado alguno), criadas en libertad (dentro de naves industriales) y otros claims abundan en la industria creando una realidad similar a la del greenwashing que dice lo que no es.

Bienestar animal tiene que ser un concepto holístico. Bienestar físico y mental y extendido a todas las categorías (bovino, caprino, avícola…). Que evalúe no sólo las condiciones de cría, también las de alojamiento, alimentación, transporte y sacrificio. Un nuevo sistema por implantar con unos costes económicos altos que no deberían recaer sobre los productores ya asfixiados económicamente.

En 2020 la UE se comprometió a ampliar los estándares de bienestar animal dentro de su territorio y ponerlo en funcionamiento en 2023, ampliando el actual reglamento. A junio de 2024 esto todavía no ha llegado ni parece que esté en la agenda a corto plazo. 

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