Reciclar podría ser algo molesto, confuso y con un cierto regusto a «no sirve para nada». Pero un gran porcentaje de los envases y demás materiales que no se reciclan no son debido a nuestra pereza si no más bien a nuestra desinformación e incluso cierta indisposición.

Acertar con el color del contenedor en el que va cada material parece sencillo pero, según El Confidencial, un 30% de los residuos se depositan de forma errónea en un contenedor. O lo que es peor, no existe éste en tu calle o en tu barrio para ese material del cual quieres deshacerte.

La startup británica Pragmatic ya tiene disponibles unos chips, sin silicio, que pueden añadirse a cualquier envase y que proporcionan toda clase de información al consumidor final simplemente con una aplicación instalada en su teléfono móvil. Estos chips están integrados en una etiqueta RFID (etiquetas planas que ya puedes encontrar en establecimientos como Zara o Fnac) con información clara e importante sobre el material y su reciclabilidad.

Pero es que además estas etiquetas inteligentes contendrán la información de trazabilidad del artículo de tal manera que se puede saber quién lo fabricó, distribuyó y de qué material está fabricado. A nivel usuario se podrá conocer fácilmente que tipo de residuo es y a qué contenedor tiene que ir. Además Pragmatic está trabajando para que estos chips proporcionen información sobre el estado de un alimento, en caso de estar colocado en este tipo de producto, y si este todavía está en buen estado para ser consumido o no.

Los dispositivos de Pragmatic a su vez pueden reconocer cuando un envase ya ha sido reciclado y vuelve a tener una segunda vida.