Un envase para vino que de momento se lanza en Australia.
El formato bag in box para el vino hace tiempo que ha llegado para quedarse. Todavía tiene un aura (injusta) de que sólo sirve para vinos baratos y de baja calidad aunque sus ventajas al respecto de la tradicional botella de vidrio, son muchas.
Uno de los asuntos a superar es el de la sostenibilidad del envase. A priori no presenta problema: Una caja de cartón, una bolsa interior y un grifo de plástico. Nada más lejos de la realidad. El cartón, aún siendo el que menos quebraderos de cabeza supone, viene con cintas adhesivas para sellar las juntas o pegamentos e incluso con una fina lámina plástica que lo recubre. El interior, y aquí ya empieza a complicarse la historia, suele ser una bolsa multicapa de plásticos y aluminio, normalmente difícil o imposible de reciclar. Idem con el grifo.
SIG, empresa líder mundial en sistemas y soluciones de envasado acaba de presentar, de momento sólo en Australia, el bag in box para vino 100% reciclable y de verdad.
El envase está enteramente fabricado en un material monocapa con estructura polimérica llamado SIG Terra RecShield. Tanto el exterior, como la bolsa interior y el grifo. Este último además presenta un color gris claro lo que permite que los sistemas de clasificación ópticos de las plantas de tratamientos de residuos puedan identificar perfectamente le material y proceder a su separación para el reciclado.
Este nuevo envase ya se encuentra en el mercado, repito de momento sólo en Australia, y cuenta con el aval de los principales y más importantes elaboradores de vino del país así como de la administración australiana al otorgarle la clasificación «Check Locally» que indica a los consumidores que este envase puede depositarse en las diferentes instalaciones o puntos de recolección con total seguridad de que va a ser reciclado.