Otra leyenda urbana que viene a ser cierta. Ya lo vaticinaron los Simpson (de nuevo los Simpson). Las sandías cuadradas existen y vienen de Japón. Como es lógico no están al alcance de cualquier bolsillo, pero mas instagrameable que esto no lo encontrarás.

Japón es ese país donde todo puede ocurrir. No, no sólo en EEUU pasan estas cosas. El país nipón presume de tener el mayor número de máquinas de vending del mundo (más de 4 millones). Y en ellas se puede adquirir prácticamente de todo. Desde una bebida fría o caliente a un paraguas, pasando por objetos religiosos y hasta langostas vivas. Pero si esto no te parece lo suficientemente «exótico», entonces tienes que probar las sandías cuadradas.

Estas se cultivan entre junio y julio en la localidad de Zentsuji, a unas 3 horas de la ciudad de Osaka. Y su único secreto es introducir la semilla en unos moldes de forma cuadrada para que la sandía crezca con esta forma. Parece fácil ¿verdad? pues tan sólo 300 sandías cuadradas se cultivan cada año (70 si la cosecha es mala) y todo se debe a que el molde se rompe y la sandía tiende a crecer a su ritmo o bien hace todo lo contrario, no crece y muere. Su forma perfectamente cuadrada (18 cm. X 18 cm.) no es suficiente para pasar los exigentes controles de calidad del producto. Sus rayas tienen que estar perfectamente alineadas de arriba a abajo.

Su precio ronda los $100 pero dado que Tokio es su principal destino, es difícil encontrar alguna a la venta por menos de $200 y es muy común que su precio ascienda a los $500 por una sola unidad. Su sabor no justifica su precio ya que al recolectarse aún verdes, para que conserve su casi perfecta forma, su sabor es bastante peor que el de una sandía convencional.