La Inteligencia Artificial me hace perder amigos. Y es que tras una reciente discusión con un buen amigo, experto en el tema tecnológico, acerca del potencial de la IA para el desarrollo de productos, tocamos en hueso. No, no ha llegado el momento todavía en el que ninguna IA puede desarrollar por sí misma un sabor. Y lo digo aquí y en Silicon Valley si hace falta.

Sin duda, estamos de acuerdo, en que esta tecnología ha venido a revolucionar nuestro sector. Nos aporta herramientas útiles y hasta te reconozco que crea valor pero todavía hay campos vedados hasta para la IA y las sensaciones son uno de ellos.

En una de las cosas que nos ha superado y con creces es en la detección de tendencias, corrientes emergentes en un plazo de tiempo considerablemente menor que por el método tradicional (de estudio y prueba-error). Y de una forma más o menos fiable al poseer y gestionar una gran cantidad de datos. Modelos como el Gemelo Digital y el aprendizaje automático permiten probar en tiempo real y adaptar casi a éxito cualquier nuevo producto antes de lanzarlo al mercado. Plataformas como Ai Palette ponen a disposición de las marcas poderosas herramientas tecnológicas para ello. Todo son ventajas.

Pero hay cosas en las que por el momento la IA no acaba de encajar y es en la formulación de nuevos sabores. Ya existen algoritmos que lo hacen, por supuesto, pero basados en qué??? y cómo sabemos que estos resultados no son fruto de una alucinación, algo de lo que la IA puede presumir. El sabor es un concepto subjetivo que no se sujeta con datos y la IA, por el momento, sólo entiende de datos. El país donde hayas nacido o crecido, tu cultura, tu biología y hasta tus experiencias pasadas determinan tu gusto por uno u otro sabor. IA iguálamelo !!! y no nos olvidemos del sentido del olfato, vital para llegar a saborear.

Los desafíos son todavía grandes y queda por demostrar si insalvables. Combinar el estudio de los datos junto con literatura científica y experiencia de usuario acercarán a la tecnología a la casi perfección humana.