Junto con el vino, el whisky es mi bebida favorita y el envejecimiento es una de las partes más importantes para la obtención de una bebida de calidad. Pero para ello es necesario esperar 12, 24, 36 e incluso más meses desde que se introduce el licor todavía joven en barricas de madera, normalmente de vino de Jerez.

¿Se podría acelerar este proceso sin alterar su calidad? esta siempre ha sido mi pregunta y por lo visto sí que es posible. Mediante una práctica que es más común de lo que pensamos (también en el mundo del vino) se puede conseguir esos aromas y sabores propios de un whisky añejo. Una práctica que no siendo ilegal tampoco es demasiado ética que digamos. Y es la adición de virutas de madera lo que lo hace posible.

Introducir virutas de madera en barricas de whisky (o vino) hace que el licor esté en contacto con una superficie mayor de este material que de la forma, digamos, tradicional. Por tanto el tiempo necesario para lograr un producto terminado se reduce drásticamente. Para que te hagas una idea, astillas de madera de aproximadamente la mitad del tamaño de una pastilla de jabón, dentro de una bolsa de gasa porosa, del tamaño de un balón de fútbol e introducida durante seis semanas en una barrica de whisky joven produce un licor con unas características idénticas a un whisky de siete u ocho años.

Si es un fraude o no lo dejo para quien corresponda y a la espera del etiquetado aunque y hablo del vino, es una práctica relativamente habitual de la cual poco o nada se dice. Por otro lado una conocida marca de whisky que usa (y abusa) de esta técnica alega que es un recurso muy útil y necesario ya que sin esto no sería rentable sacar al mercado una bebida con un nivel de envejecimiento tal y por tanto habría que prescindir de cierta marca ahora muy popular entre el cliente. Porque el whisky es tradición pero también es negocio.