De nuevo toca sacar pecho de una brillante investigación realizada por un joven estudiante español en la búsqueda de soluciones más sostenibles en la producción de plásticos. El honor le corresponde a Telmo Balenciaga de Leizaola, estudiante de la Facultad de Química de la UPV/EHU en España con su proyecto de fin de carrera llevado a cabo en el grupo de investigación Tecnología de Polímeros.
Dicho proyectos de fin de carrera se centra en la obtención de carbonato de calcio para la industria del plástico. Este carbonato de calcio es un mineral usado como aditivo en dicha industria y que se obtiene de la extracción en canteras de mármol, caliza, tiza y otras rocas. El carbonato de calcio mejora el rendimiento y conservación de los plásticos al proporcionarle diferentes propiedades pero su extracción y procesado genera un importante impacto a nivel ambiental.
La cáscara del huevo, un residuo orgánico sin prácticamente uso centró la investigación de Telmo Balenciaga. El 95% de la cáscara de huevo está formada precisamente de eso, carbonato de calcio y este podría tener un uso industrial. El ensayo del investigador concluye que la mezcla de cáscaras de huevo con polibutileno succinato-co-adipato (PBSA), un plástico biodegradable con gran potencial para sustituir al plástico tradicional, en diferentes proporciones aumentan considerablemente la rigidez, la ductilidad (capacidad de deformarse sin romperse) y la resistencia a los impactos. Y todo ello de una forma más simple y barata.
El sistema de producción de polímeros con cáscara de huevo investigado por Telmo también constata que no se necesita más energía para la producción de este material que para fabricar un biopolímero puro.

Telmo Balenciaga jóven investigador de polímeros de la Universidad del País Vasco