Así de buena mañana, probablemente te pillo con una taza de café descafeinado en la mano. Si no puedes o no quieres consumir cafeína que sepas que puede que la estés sustituyendo por sustancias químicas. En concreto cloruro de metileno un compuesto potencialmente nocivo.
Existen diferentes procesos para eliminar la cafeína del café. Uno de ellos es el llamado método europeo o proceso de disolvente indirecto. Consiste en hervir los granos de café verde y rociarlos con cloruro de metileno o acetato de etilo (muy utilizados en quitaesmaltes y disolventes). Estos compuestos se adhieren a la cafeína, se extrae y los granos se lavan para eliminar residuos químicos. Se secan y se tuestan.
Actualmente tanto la administración europea como la norteamericana permiten pequeños niveles de estas sustancias en los granos de café. 10 partes por millón (0,001%) pero un grupo de consumidores en EE.UU han elevado una petición a la FDA norteamericana con el fin de prohibir esta práctica de descafeinado del café.
Diferentes empresas del sector ya se han pronunciado al respecto indicando que los actuales niveles de cloruro de metileno no presentan ningún peligro para el consumidor gracias a la alta volatilidad del compuesto. Cuando el café llega al cliente final es «muy probable» que el contenido de químicos sea incluso inferior a las 10 ppm. referidas anteriormente.
Este método de descafeinado es muy usual en la industria pero no es el único. Existen otros que también eliminan la cafeína y son menos invasivos. Uno de ellos es el método por CO2 o el proceso Swiss Water.