La obtención de proteínas a base de subproductos y otros mal llamados desechos ya no nos pilla por sorpresa a día de hoy. En España se están realizando excelentes iniciativas para el aprovechamiento de estos productos con el fin de reincorporarlos nuevamente a la cadena de valor. Donde está la novedad es en el tipo de materia prima que se usa y la utilización de la Inteligencia Artificial.

El Instituto Tecnológico Danés (Teknologisk Institut) con más de un siglo de historia y con proyectos en 61 países, está trabajando en un proyecto, de nombre ZEST, que convierte los residuos agrícolas en biomasa utilizando hongos comunes. Hasta aquí todo, digamos, normal. La innovación radica en el uso de la IA para lograrlo. Los investigadores de dicho Instituto han desarrollado un modelo de aprendizaje automático (machine learning) capaz de predecir como se comportan los hongos en función de la materia prima utilizada y ajustar los parámetros para llegar a un fin concreto.

Los subproductos utilizados en el proyecto ZEST son residuos de la remolacha azucarera, granos y maltas usadas en la elaboración de cerveza, pieles de frutas de la industria de los zumos y mermeladas y hongos comunes. Estos se introducen en biorreactores que son continuamente monitorizados y ajustados en tiempo real por el modelo de machine learning. La IA ajusta el Ph, temperatura y niveles de nutrientes basados en el modelo predictivo.

El proyecto que cuenta con un presupuesto de 7,5 millones de € y financiado por la UE dentro del programa Circular Bio-Based Europe Joint Undertaking (CBE-JU) se encuentra todavía en fase de investigación pero con unos primeros resultados bastante prometedores.