Últimamente mis publicaciones giran en torno al vino. No es apropósito. Estamos viendo gran cantidad de avances en el sector, algunos casi como intento desesperado por revitalizar un producto que no está pasando por su mejor momento. Siento debilidad por el vino y no estoy del todo seguro de que el giro que últimamente está tomando esta noble bebida sea del todo acertado ya que la solución tiene que venir desde la demanda y no desde la oferta.
Uno de estos giros que ya adelantaba en uno de mis últimos episodios de mi podcast (REBEL – Episodio nº 29) es la adición de ingredientes funcionales al vino ¿y por qué no? Uno de estos ingredientes bien podría ser el colágeno. Esa proteína tan en tendencia en el último año.
El colágeno es la proteína más abundante presente en el organismo de casi cualquier animal, también el ser humano. El consumo de colágeno favorece la salud de nuestra piel, estimula el crecimiento del cabello y las uñas y tiene un importante pape en la cicatrización de las heridas superficiales. Es por ello que no son pocos los productos que podemos encontrar actualmente en el mercado enriquecidos con colágeno. Uno de los últimos en llegar, el vino.
Pure Glow es un vino rosado sudafricano con tan sólo 9,5º de alcohol e infusionado con colágeno marino purificado. Con una estética claramente juvenil y femenina. Quien lo ha probado dice que es un vino seco con un notable sabor a fruta madura y sin rastro de notas marinas o saladas como se podría suponer.
Colágeno es la palabra de moda. Un mercado valorado a día de hoy en $5.000 millones y que promete duplicarse en apenas 10 años. Pero moda sólo significa eso, moda. No hay estudios científicos concluyentes acerca de que el consumo (vía oral) de colágeno termine donde presumimos que tiene que hacerlo. En piel, cabello y uñas. Según Harvard Medical School.

El colágeno está de moda. Llega el vino enriquecido con colágeno