Esta técnica de cultivo de microorganismos llamada fermentación de precisión lleva tiempo con nosotros pero es ahora cuando la industria de la alimentación y bebidas apuesta firmemente por ello y comienza a adoptarla de forma casi masiva. Presenta muchas ventajas pero también desafíos que quedan por salvar.

Si has llegado recientemente al mundo foodtech o todavía no sabes de qué va esto de la fermentación de precisión, no te preocupes, te lo explico brevemente y es posible, que sin saberlo, ya estás consumiendo algún producto elaborado con esta técnica.

Básicamente esta técnica de la que te estoy hablando consiste en elegir una levadura, un hongo o una bacteria y la alimentamos y hacemos crecer en tanques de fermentación, en condiciones controladas. El resultado es una molécula o conjunto de moléculas que son idénticas a otras que pretendemos replicar. Ejemplo: proteína de huevo, proteína láctica, grasa animal… pero sin la intervención de ningún animal. Así podemos elaborar alimentos totalmente idénticos a otros (leche, huevos, cacao…) sin utilizar animales ni cultivos originales.

El proceso y sus resultados son completamente seguros y muchos de los productos elaborados mediante esta técnica ya están regulados y se encuentran en el mercado. También es un método eficaz ya que permite fabricar elementos con muchos menos recursos.

Como te indicaba al principio de este post. La tecnología que lo hace posible ya está implantada y está siendo adoptada de una forma bastante masiva. Multinacionales como Danone, Bimbo, Friesland Campina… destinan una importante partida de recursos para la elaboración de ingredientes mediante fermentación de precisión y no contemplan el futuro de sus productos sin esto.

La maquinaria está bien engrasada, ahora queda escalar industrial y comercialmente estos desarrollos. Desafío importante y uno de los mayores retos a los que se enfrenta la fermentación de precisión.

Pero nada de esto será posible si no comienza a tomar conciencia toda la cadena de valor y no sólo las startups y fabricantes. Esta tecnología necesita de ingredientes, infraestructura y recursos económicos pero lo más importancia, CONFIANZA, por parte del consumidor final.