La leche de Búfala es un alimento muy popular y forma parte de la dieta básica de un núcleo muy importante de población en Oriente Medio y Sur y Sudeste de Asia. También hay una importante presencia de productos y consumidores de leche de Búfala en el sur de Europa pero anecdótica o prácticamente inexistente en el resto del continente. Esto podría cambiar ya que las propiedades de este tipo de leche son superiores a las de otras leches.
La leche de Búfala tiene un 58% más de Calcio, un 40% más de proteínas y un 43% menos de colesterol que la leche de vaca. Es rica en Fósforo y Vitamina A y lo mejor de todo, contiene un componente inédito en otras leches, el Tocoferol (Vitamina E), un antioxidante abundante en frutos secos y semillas y que es un excelente aliado de nuestro sistema inmunológico. Ahora imagínate todas estas propiedades en un excelente producto fermentado como el yogur.
El yogur de Búfala tiene una textura densa, más que la de cualquier yogur actual, con un perfil organoléptico también diferente. En función del origen y alimentación del animal, el sabor va de muy suave a ácido y contiene una proporción similar de lactosa a la leche de vaca.
No obstante existen importantes barreras de entrada para este producto en nuestra geografía. Para empezar el precio. La poca población de Búfalas en España y resto de países hace que su leche tenga que importarse, por ejemplo de Italia. Su textura y sabor puede que no convenza a los consumidores de yogures convencionales por lo que su introducción sería más lenta.