Los GLP-1 y otros factores influyen en el abandono de las dietas.
Keto, Paleo, Duncan… ¿te suenan? Estos son los nombres de tan sólo algunas de las más populares, que prometían resultados sorprendentes y supuestamente duraderos para la pérdida de peso. Algunas de estas dietas siguen circulando por ahí pero podrían estar a punto de desaparecer. Por lo menos una de ellas. La cetogénica o dieta Keto.
Esta apareció por primera vez en los años 90 pero no fue hasta el 2020 y concretamente el 2022 cuando alcanzó su mayor viralidad. Todo ello gracias (o por culpa de) las Kardashian, entre otras celebrities que promulgaban a diestro y siniestro las bondades de la Keto. Un sistema para el control del peso muy restrictivo que consiste en la ingesta de proteínas moderadas, alimentos altos en grasas y eliminar casi por completo los carbohidratos.
Esto ya no es una simple dieta es una industria que genera por sí sola $12.000 millones y es casi una religión para millones de personas en todo el mundo. Y ha pasado de ser un credo para fieles acólitos a entrar de lleno en los menús de algunos restaurantes y hasta en el etiquetado de algunos productos de nuestros supermercados con el «Keto friendly» o «Apto para dietas cetogénicas».
Sin embargo parece que el reinado del Keto y otras dietas podría llegar a su fin. Diversas consultoras de mercado entre las que se encuentran Tastewise indican que el interés global cayó un 18,5%, la presencia de menús keto en restaurantes se ha reducido un 12,3% y un notable descenso también en el etiquetado Keto friendly de productos finales en el retail.
Una mayor y más verídica información adoptada por el consumidor además de la aparición de los GLP-1 podrían acabar para siempre con estas dietas.