Año tras año y por estas fechas más o menos puedes encontrarte cientos de páginas que vaticinan cual será el sabor del año. También las tendencias en sabor que casi siempre van de la mano de nuevas combinaciones más o menos disruptivas y algunas veces, extravagantes. Y todo sin caer en la cuenta que el sabor ganador, el que está en todas las quinielas siempre es uno que conocemos muy bien. El limón.
Date un vuelta por cualquier supermercado y fíjate en los lineales de bebidas. Es difícil no encontrar una marca que tenga al menos una referencia con este ingrediente en su portafolio. Y la explicación es bastante lógica. Más allá de sabores de moda y que son ave de paso, el limón es un sabor conocido y prácticamente aceptado por todo el mundo, independientemente del país. Pero es que además, a nivel formulación, es un ingrediente que aporta equilibrio entre sabores amargos, dulces e incluso picantes.
Además de las propuestas ya clásicas de refrescos con burbujas sabor limón ahora encontramos este sabor en propuestas más actuales como cocktails y mocktails RTD, bebidas energéticas, hard y soft seltzers, kombuchas, kéfir y hasta complementos deportivos y funcionales. Y esto va a seguir siendo así por mucho que ciertos «gurús» y partes interesadas nos vendan que la nuez moscada de las Molucas sea lo más o que la Flor de Hibisco de no sé qué provincia China es un must.
Aún así, como fabricante, apuestas por sabores botánicos, nostálgicos… el limón funciona excelentemente bien con estas nuevas tendencias de sabores. También para nuevas formulaciones edulcoradas o sin azúcar.
El limón aporta frescura y es siempre una de las opciones preferidas por el consumidor en épocas de calor. Pero también es auténtico, muy reconocible e inconscientemente (o conscientemente) se asocia a bienestar por sus propiedades antioxidantes y su aportación de vitamina C.
Ya sabes, si quieres acertar siempre con lo último en sabores, apuesta por el limón.

El limón siempre es un sabor actual más allá de las tendencias.