España es un país con un enorme potencial en los elaborados lácteos.
España es un país con un enorme potencial para la elaboración de productos lácteos. Sin embargo y según datos del MAPA (Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación) el 5% de toda la leche de vaca producida en territorio de la UE es nuestra, española (más de 7.300.000 toneladas en 2023) y somos el segundo país, también de la UE, que más leche de cabra y oveja producimos. Y ¿adonde se va toda esa leche? en su gran mayoría, por lo menos la de vaca, más de 3.500 mill. de Tn. a un producto con escaso valor añadido. El brik. Leche líquida envasada.
Me mantengo en lo escrito en el párrafo que abría este post. España es un país con un enorme potencial para la elaboración de productos lácteos pero y continúo, también es el país más expuesto y con mayor dependencia de la MDD (marca blanca) de toda la UE. La innovación y el fortalecimiento de las marcas líderes del mercado podrían revertir esta tendencia pero el sector se afana por todo lo contrario, poca innovación y a seguir apostando por el brik como tabla de salvación.
Las empresas que deciden apostar por la innovación (salvo honrosas y maravillosas excepciones) juegan a «inventar» productos lácteos de dudosa eficacia real, léase la leche enriquecida con Omega3 o a agrandar la ya enorme burbuja de los alimentos proteicos donde ya no cabe uno mas en los linéales de yogures y similares.
¿Y qué nos queda? una gama amplia de una enorme profundidad en cuanto a número de referencias se refiere que poco o casi nada aportan al cliente final (salvo honrosas y maravillosas excepciones vuelvo a repetir). Un sector con un enorme potencial pero… aburrido.
¿Cuándo llegará la hora en la cual, como industria, giremos la cabeza hacia nuestros vecinos en el supermercado? hacia el sector de las bebidas donde estamos observando y, es sólo el principio, la explosión de nuevos sabores, utilidades, formatos, funcionalidades… que llegan y llegarán.
Las nuevas opciones vegetales, los cultivos y otras que se están «cociendo» quizá sea la puntilla final para un sector maravilloso, rico y con un enorme talento que sin embargo se niega (o no puede, o no sabe) evolucionar.