El acceso al agua potable de forma inmediata y barata es un privilegio para los que hemos nacido en una parte muy concreta del planeta. Para millones de personas en cambio esta posibilidad es difícil o muy remota, según Unicef, concretamente 748 millones. Siguiendo con datos de esta ONG, 1.000 personas mueren cada día por enfermedades transmitidas por el consumo de agua contaminada.

La empresa danesa Vestergaard ha creado, hace ya 20 años, un dispositivo portátil, barato y de uso muy sencillo que permite que millones de personas beban agua filtrada y limpia de una manera muy ingeniosa, mediante una pajita. Su nombre es LifeStraw.

La pajita de LifeStraw puede parecer un dispositivo de alta tecnología pero su uso es realmente sencillo. Gracias a sus filtros de membrana alojados en el interior del tubo, convierten el agua sucia en agua perfectamente potable y sin necesidad de ninguna fuente de energía. Eliminan el 99,99% de los microplásticos y el 99,99% de las bacterias.

El catálogo de LifeStraw es amplio e incluye botellas, bolsas de almacenamiento e incluso jarras de agua para el hogar. Todos con la misma tecnología de filtración.

La empresa calcula que hay llevado el dispositivo a cerca de 12 millones de niños en zonas con agua contaminada o de difícil acceso a agua potable. Además colabora con la ONG Safe Water Fund que distribuye e instala dispositivos de filtración de agua en zonas que han sufrido desastres naturales o crisis humanitarias.

LifeStraw se compromete a donar un purificador de agua por cada 500 vendidos en el mundo a favor de escuelas situadas en Kenia, Haití, Venezuela, Ghana o Etiopía.