Es posible que si viajas, o ya te encuentras en estos momentos, en México o en el sur de los EE.UU veas en algunos locales como te ponen un pequeño recipiente con una especie de sal cuando pides una cerveza. Se trata de una sal aromatizada que te va a ayudar a que disfrutes mucho más tu bebida.

Se trata de una moda en algunos lugares aunque ya asentada en otras partes de Latinoamérica. La Beer Salt o «sal de cerveza» no es más que sal común mezclada con algún compuesto antiaglomerante para evitar grumos, a la que han añadido algún tipo de aroma o sabor. Su función es la de mejorar la experiencia de beberse una cerveza aportándole ciertos matices.

Es un concepto que en Europa nos puede parecer hasta de sacrilegio pero tiene cierta lógica. La sal es un aderezante que cambia por completo el sabor de los alimentos. En el caso de la cerveza es exactamente lo mismo. Aporta complejidad y sabor, reduce el amargor pero también produce un efecto muy curioso ya que la acción de añadir sal a la cerveza libera CO2 lo que hace que se forme espuma y cambie el aroma. Pero no sirve cualquier cerveza. El estilo con el que mejor funcionan estas beer salts es con cervezas ligeras, tipo lager.

Twang es una empresa de San Antonio Texas que fabrica y comercializa diferentes tipos de Beer Salt con todo un perfil de aromas y sabores diferentes, cítricos, ácidos, tropicales y hasta picantes.