El agua de coco es un éxito de ventas, pero no la única.
El agua sigue siendo una de las mejores opciones, por no decir la mejor para satisfacer las necesidades de hidratación de nuestro organismo. En función de su composición, hay aguas que cumplen mejor que otras su cometido, pero lo hacen siempre y lo de incolora, inodora e insípida nada de nada.
La nueva oferta de aguas saborizadas y/o enriquecidas, que ya podemos encontrar en el mercado son una excelente opción si buscas algo más que agua. Por sabor, por funcionalidad, etc. Sin embargo el cliente puede sentirse reacio a decantarse por estas opciones debido a que pueden contener aditivos artificiales, azúcares…
Así que una vez descartado esto no queda mucho más que recurrir a las bebidas energéticas, isotónicas o al refresco de toda la vida. Si vives todavía en 2005 claro porque a día de hoy una nueva y no tan nueva generación de bebidas se perfilan como una excelente opción si no quieres beber agua embotellada. Te hablo de las aguas vegetales.
El agua de coco lleva con nosotros décadas pero es ahora cuando definitivamente ha explotado hasta el punto de saturar el mercado (menos en España que ni se le ve ni se le espera). Por sabor y por el aporte de beneficios ya conocidos y que el cliente aprecia como reales además de aportar una experiencia de consumo como pocas.
El agua de coco aporta electrolitos, potasio, magnesio, calcio, sodio y no tiene azúcar pero sabe rico. Además es la base de una de las bebidas energéticas más top del momento, BodyArmor, por algo será.
Aunque no es la única. Comienzan a abrirse paso a codazos el agua de savia de abedul, agua de aloe vera e incluso el agua de cactus (con esta última no lo tengo yo tan claro, pero existe).